Los libros de viajes son un género cada vez más acendrado en los anaqueles de las librerías, sobre todo de otros viajeros. Dicen que uno de los best-sellers en este campo es la Guía para viajeros inocentes de Marck Twain. Las Crónicas Viajeras de este libro, sobre Buenos Aires y Jerusalén, se han publicado día a día en el blog La Mirada Actual. Han sido muchos los lectores que han sugerido que se recogieran en un libro y la autora se decidió a hacerlo. Pasados los días, las crónicas cobran un tinte de relato del lugar, el país, el viaje y los personajes que salen al encuentro. Son crónicas con cierta continuidad que las hacen un libro compacto.
Hay que viajar con la mirada despierta y las mejores referencias para dialogar con ellas en el encuentro. Viajar abre, no solo los ojos, sino la mente y la tolerancia. Viajar es mirar, observar, dialogar y comprender. Es el mejor estudio de geografía física y humana.
Dos lugares tan ricos, distantes y diversos como Buenos Aires y Jerusalén son infinita fuente de sugerencias para el viajero dispuesto y abierto a aprender. Después de todo: un solo placer, el conocimiento.