Salen LUZBEL, trayendo asidas de las manos a la AVARICIA y la LASCIVIA, como por fuerza.
AVARICIA ¿Dónde me llevas, Luzbel?
LASCIVIA ¿Dónde, bárbaro, me llevas?
LUZBEL Venid conmigo las dos.
LAS DOS ¿Dónde vamos?
LUZBEL A estas selvas. (Suéltalas.)
AVARICIA ¿De cuándo acá a la Avaricia
de los poblados alejas
y la sacas a los montes?
LASCIVIA ¿De cuándo acá, con la mesma
duda, a la Lascivia tú
de las ciudades ausentas
y a los desiertos la sacas?
AVARICIA De mi saña la sedienta
hidropesía ¿no está
mejor en las opulencias
de las cortes y palacios,
donde en humanas grandezas
cebada su ardiente sed,
si no se apaga, se templa?
LASCIVIA De mi incentivo la llama
¿no se enciende y se alimenta
mejor entre los comercios
de la gran naturaleza,
de quien familiar veneno
es, pues dentro de sus puertas
nace, vive, arde y consume
siempre viva y nunca muerta?
AVARICIA Pues ¿cómo, siendo el que rige...
LASCIVIA ¿Cómo, siendo el que gobierna...