Florencia. Finales de la Segunda Guerra Mundial. Las tropas alemanas en plena retirada de Italia y siguiendo órdenes de Hitler, saquean museos e iglesias con el propósito de llevarse todas las obras de arte que encuentren. En su afán por evitar que sean sustraídas doce cuadros que Ana María Ludovica de Médici, había donado a la ciudad, y entre los cuales se encuentran firmas tan famosas como Miguel Ángel, Rafael, Bocaccio, Caravaggio, Tiziano y Leonardo Da Vinci...; cuatro intrépidos florentinos, una noche, y escondidos en un camión de transporte, logran superar los controles y se llevan las pinturas hacía el norte, donde las ponen a buen recaudo. Se sabe que dos de ellos han sido fusilados cerca de Bolonia, y los otros dos, se encuentran desaparecidos.
Londres. Sesenta y cinco años después. Aparece en subasta un Miguel Ángel de los que habían sido salvados de Florencia. Al mismo tiempo, encuentran flotando en el Támesis, el cuerpo sin vida del propietario.
Un magnate italiano, contrata los servicios de David Monnet para que averigüe de donde ha salido la pintura subastada en la capital Inglesa. Para ello, contará con la ayuda de una restauradora de arte llamada Francesca Genaro. Lo peligroso, es que hay otros interesados en hacerse con las obras de arte y están dispuestos a utilizar métodos del todo expeditivos, con tal de conseguirlas. Bajo el influjo de Venecia, nuestro héroe correrá un sinfín de aventuras para lograr esclarecer el caso.