Maga Lafuente es una joven abogada cuyas circunstancias vitales y laborales la transforman en una insegura detective privada, que recibe tratamiento psiquiátrico del afamado doctor Fernando Olmos Garrido. Una bella mujer es asesinada en un descampado en una zona marginal de Valencia, y el doctor Olmos es acusado del crimen. La mente de Maga sufre un torbellino de emociones contrapuestas. Al principio, casi está convencida de que su psiquiatra es culpable, pero después, acontecimientos inesperados la llevan a indagar en profundidad los hechos. Recurre a la ayuda de la conocida vidente Lola Monreal, de Vinaroz, que le facilita, por medio de la clarividencia, una pista que en principio parece no tener sentido, pero que finalmente se decide a explorar, con la esperanza de descubrir al culpable de tres asesinatos, cuyo principal sospechoso es su propio terapeuta, el doctor Olmos. Maga sufre un trastorno psíquico que la hace sentirse culpable. Cree que debe ser castigada por actos gravísimos, según ella, que perpetró en su reencarnación anterior, en la que fue un dibujante de tebeos de mucho éxito en los años 50 y 60 del siglo XX, que causó mucho sufrimiento a sus tres seres más queridos en aquella existencia, su esposa y sus dos hijos. Debido a su sentimiento de culpa, Maga busca, primero de forma inconsciente y después consciente, ser sometida a duros castigos físicos, que le llegan de manos de personas de su entorno a quienes ella ama, y otras que desfilan ocasionalmente por su vida. Su madre, Lucía Barrón, a la que adora, es la persona más importante en su vida. Esta obra explora, no sin humor, las claves de la relación placer-dolor, como caras de una misma moneda. Maga busca, a través del castigo, la redención de unos inexistentes pecados que le pesan en su alma. Las sesiones de psicoterapia del doctor Olmos tienen como objetivo convencerla de que no es culpable de nada. Maga, en su esencia más pura, es un ser de luz encarnado en una bella mujer, que emana simpatía, humor y amor por todo y para todos.