Juan leía el telegrama en su habitación del Seminario; aunque esperado, no podía creerlo.
En la otra mano el libro era fuertemente custodiado.
Lloró mientras recordaba la presentación...
El salón de actos era un continuo murmullo de caras conocidas. La presentación del libro atrajo a todos sus protagonistas. No faltaba nadie. La escritora oía en silencio desde una sala contigua, sola y melancólica en su silla de ruedas. Sabía que era su despedida, su último libro. Ya no había tiempo para volver a reunirlos a todos y todos sabían que su adiós estaba cercano.
Cuando sonó la puerta...
?¿Estás preparada?
?Nunca se está preparada para estas presentaciones, pero ésta es especial. Llámale y dile que me acompañe.
Andrés le busca entre el gentío.
?Pierre, tu mujer...
?Cariño, nos esperan.
Una gran ovación les recibe a su entrada en el salón. Ella mitiga su interno dolor con gestos de gratitud hacia quienes formaron parte de su vida. En la mesa, Andrés les estaba esperando.