UN SOLDADO MÁS Al buen soldado no se le gana por sus palabras sino por sus buenas hazañas. Respetando sus servicios pues son parte, de su oficio. Llevando el uniforme impecable y un aspecto inmejorable para la vista de cualquier deseable que en su camino se cruzase ya sea persona civil o un militar intachable con una hoja de servicios limpia e irreprochable. Mirando siempre de frente y él mismo presente no temiendo por su vida y con gran valentía ser persona abnegada con la ciudadanía la que en él encuentra auxilio y una respuesta ya sea con su sola presencia y si es necesario usar la fuerza en beneficio de ésta aunque su vida dependa de una acción repentina o concreta ya sea pacífica o bélica, por lo que deberá estar siempre alerta y carecer de bajeza, actuando siempre con firmeza y mucha prudencia, pues fuera del cuartel el enemigo acecha para tener una presa a la que cualquier militar debe evitarla con cabeza. Este juramento y todo su oficio es al que se compromete cuando jura Bandera el presente