Quiere lanzar al lector a un mundo invisible, misterioso, intangible, pero al mismo tiempo, real e ilusionante. Dentro del marco de unas sencillas conversaciones se pretende guiar al lector por los caminos intransitados del misticismo y de la imaginación, y hasta del profetismo, terrenos poco cultivados en estos tórridos años del siglo XXI. A través de la amistosa conversación, del diálogo ocurrente, se va sumiendo al lector en un mundo lleno de frescor, suave brisa, pero también de ardor en el corazón, hasta sumergirlo en la contemplación gozosa del misterio.