LA JUSTICIA DEL TIEMPO trata de las calamidades y las vivencias de unos hijos marginados por la falta de corazón de su padre; un cacique en posquerra, que les negó su apellido y todo tipo de atención cuando más lo necesitaron. La novela está narrada casi toda en primera persona, y nos traslada a una época que no nos hubiera gustado vivir, pero que la hemos vivido, aunque ahora, pasados los años, ni nosotros mismos podamos creer lo que fuera
De otra parte decir, que los humanos nos aferramos con frecuencia en buscar una herencia o una justicia a nuestra medida, ignorando que el único juez inequívoco e insobornable es el tiempo, y que él se encarga de poner cada piedra en su sitio. Lo que pasa es que nosotros quisiéramos "que fuese aquí, ahora y a nuestra manera". De ahí que muchas veces nos sintamos "defraudados", "desatendidos" o "no escuchados" en nuestras rogativas, pero la verdad es que las respuestas, los premios o los castigos, llegan cuando ni el beneficiario ni el perjudicado se los espera. Pero de lo que sí podemos estar seguros es de que llegan.
Una novela que conjuga el odio, el perdón y el amor, con un lenguaje sencillo que hace quel lector no se aburra.