La novia del hereje o la inquisición de Lima

La novia del hereje o la inquisición de Lima

La novia del hereje o la inquisición de Lima

  • Autor:
    Vicente Fidel López
  • ISBN:9788497704434
  • Colección:Clásicos de la literatura
  • Categoría:Ficción y temas afines; Ficción: general y literaria
  • Temática:Ficción clásica: general y literaria
  • Páginas:255
  • Idioma:Español / Castellano
  • Editorial:Vision Libros
  • Código de Producto:552
  • Disponibilidad: Disponible
  • Formato de este producto: PDF
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PREFACIO

Cada obra tiene su momento en la vida del que la ejecutó, y su lugar preciso en la fecha que la vio nacer; así es que al hacer una segunda edición de la Novia del Hereje hemos creído que mejor era conservarle su total identidad con el texto publicado en el «Plata Científico y Literario». Reimprimimos por consiguiente la carta dirigida al Director de aquella Revista, conque el autor, a manera de prólogo, hizo preceder la publicación de su obra; y al reproducir el texto nos limitaremos a darle la corrección de que tuvo que carecer forzosamente al primer tirado, que se extrajo de las páginas del periódico referido.


CARTA-PRÓLOGO

Sr. Dr. D. MIGUEL NAVARRO VIOLA.
Montevideo, 7 de Setiembre de 1854.
Mi querido amigo y compañero.

Al deseo que vd. me ha mostrado de que haga preceder de un prólogo crítico la Novia del Hereje, voy a contestarle con estos renglones que tal vez juzgue vd. buenos para suplir esa falta notada en la obra.

Las tareas áridas y serias a que tengo que consagrar las horas activas de mis días, no me dan tiempo para contraerme a revisar esos manuscritos que fueron el fruto espontáneo de aspiraciones literarias que ya tengo abandonadas. En nuestros países, como vd. sabe, no se puede vivir de la literatura sino al través del diarismo: forma por la que nunca he tenido vocación, ya sea por falta de aptitudes para enredarme en la lucha de pasiones y de amor propio, a que él provoca, ya por huir de la necesidad en que habría caído de escribir sobre cosas aprendidas el día antes, o ignoradas del todo, como si siempre las hubiese sabido a fondo, supliendo el estudio sincero con la petulancia y el charlatanismo.

Esos manuscritos que envío a vd. son, pues, viejos; hace algunos años que fueron impresos en Chile como folletín de un Diario. Le juro a vd. que si quisiera ahora ponerlos en estado de ser publicados con satisfacción mía, creería necesario borrarlos desde el principio y hacerlos de nuevo. Lo único que puedo decirle a vd. de esa obra, es que ha sido escrita con alegría de ánimo y conciencia: y si se la mando a vd. en esa forma, que, con algún tiempo a mi alcance, hubiera podido perfeccionar, es porque le había prometido a vd. contribuir a su empresa y no podía cumplirle de otro modo mi oferta. En un tiempo en que se explotan tanto los malos lados de la prensa, séame permitido asegurar a vd. que si la Novia del Hereje le parece digna de amenizar su Revista, la imprima en el concepto de que yo no creo que pueda tener más mérito que el empeño con que he procurado dar verdad histórica y local a la narración, modestia y buen sentido al estilo, y una decencia estrictamente moral a las situaciones. Así es que lo único de que estoy seguro, es: de que siendo ese un trabajo esencialmente americano en su fondo, y desprovisto en su estilo de toda clase de pretensiones, se escapa por ese lado a las ridículas parodias de las pasiones, de las tendencias, y de los estilos exóticos, que tanto contribuyen a quitarnos el conocimiento y la conciencia de las sociedades de que formamos parte.

La obra va llena de cosas que no habría dejado en ella si me hubiera puesto a retocarla. Pero le repito a vd. que ese habría sido un trabajo para el que no tengo tiempo. Pudiera notarse en ella tal vez una que otra malicia del estilo o de la situación, que podría parecer impropia de una pluma grave; pero, como estoy cierto que a pesar de ello, esos rasgos son de una decencia intachable, e incapaces de ofender el pudor de la virgen más inocente, he preferido dejarlos sin tomarme otra precaución que la de declararle a vd. que la obra va tal cual fue concebida y ejecutada al calor de las risueñas impresiones de un espíritu, que joven entonces, creía navegar con la brisa del ingenio un lago adornado de hermosas y amenas perspectivas. Los años y la experiencia se han encargado de hacer desaparecer la brisa y el agua; y he creído que habría sido un contrasentido querer corregir el canto espontáneo de la ilusión desde el árido banco del desengaño. Reflexiono también, que nada hay tan justo como el considerar prescrita a los cuarenta años la responsabilidad de lo que fue escrito a los veinte y cinco; y esto aquieta mis escrúpulos.


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