Nuestro sistema sanitario cuenta con una excelente medicina pero también con falta de eficiencia, con un sistema retributivo injusto y en el que predomina la inequidad, con problemas de accesibilidad a los mejores tratamientos y medicamentos, donde los centros sanitarios giran alrededor del poder político y los ciudadanos alrededor de los Centros; donde, a pesar de lo que de manera reiterada se dice, el ciudadano no es el centro del Sistema.
Dicen algunos que la sanidad se defiende. Eso es lo que desde la Fundación pretendemos con este estudio, defenderla de los dogmáticos, de los políticos sectarios y de los demagogos; de aquellos que pretenden utilizarla para sus fines partidistas. Y queremos defenderla para los profesionales y para los ciudadanos, que son sus verdaderos protagonistas.
El Sistema Sanitario no puede depender solo del buenismo, ni de las buenas intenciones, ni siquiera de la mejor o peor profesionalidad de quien circunstancialmente lo gobierne en cada uno de sus estamentos.
Es necesario un Nuevo Sistema Sanitario que necesariamente induzca a mejorar la eficiencia y la eficacia de nuestras organizaciones sanitarias, para que proporcione una atención de calidad y una medicina de excelencia.