"En aras al amor a la verdad y en aras también a odiar la mentira", se dijo que con la caída del muro de Berlín había caído el comunismo ateo, pero si se confirmara como verdadero lo que aquí expongo, habríamos estado viviendo y, además, a escala mundial, el comunismo más cruel, más cobarde y más repugnante que jamás haya podido imaginar ningún parido de mujer aquí en este planeta. Doy por descontado que los dormidos ni se inmuten con esto, que, además, son la inmensa mayoría, pero con unos pocos valientes que se concienciaran de que esto podría ser real, se habría dado un gran golpe a estos supuestos pocos también, pero cobardes. Los dormidos no quieren despertar porque están soñando sueños, más o menos, bonitos, sin darse cuenta de lo indefensos y vulnerables que están ante cualquier despierto que quiera hacerle cualquier cosa, y así truncar todos sus sueños. Lo real, lo verdadero, lo auténtico, es lo único que satisface plenamente al ser humano y se han empeñado unos cuantos, en aras de lo que ellos quieran, en quitarnos este inapreciable bien, estando dormidos toda la vida. Lo que se menciona aquí, en este libro, quizás le parezca tonto, improbable, pero está basado en cosas tangibles que hemos visto y oído, lo que ocurre es que doy una interpretación a todo distinta a las versiones que nos han inculcado desde siempre, y eso es muy difícil de digerir. En cualquier caso, el que lea esto, se beneficiará porque aprenderá a no ver las cosas como otro quiere que las vea, sino que será capaz de discernir lo que se puede esconder detrás de cada versión que se nos cuenta gratuitamente.