Elisa Sacristán Utrilla nació en Chércoles (Soria) en 1923, en el seno de una familia modesta de ferroviarios que le procuraron una esmerada educación en el sagrado compromiso de vivir con autenticidad su vida. Una vida abarrotada de recuerdos y de dolor, un gran dolor que nunca fue suficiente para doblegar su espíritu, aunque sí para quebrantarlo de vez en cuando. Un ejemplo de aceptación, de bondad, de humildad, de abnegación y de entrega a los demás, de los valores más esenciales a la condición del ser humano capaz de perdonar. Para quienes la conocemos, para quienes la queremos, un regalo del cielo.