RESENTACIÓN DE RECOMENDADA LECTURA, ANTES O DESPUÉS DE LEER LA OBRA.
Sale a la luz, por fin, la obra de autor anónimo de finales de la Edad Media. Puede resultar increíble que, hasta los inicios del siglo XXI, no se haya conocido esta obra de planteamiento tan original, pero todo tiene su explicación. Enseguida la conocerá el lector, después del apunte breve que incluyo sobre la escritura.
Tras la invención de la escritura (los primeros pictogramas tienen más de cinco mil años y la escritura cuneiforme más de cuatro mil) tres han sido sus principales soportes: el papiro, el pergamino y el papel. Seguramente nos encontramos en el inicio del cuarto gran soporte: el digital. Los egipcios, hacia el año 3000 a. C., comenzaron a escribir sobre láminas de la planta del papiro, que se siguió utilizando hasta el siglo X.
El pergamino o vitela se confecciona con piel ovina o bovina curtida, blanqueada con polvo de yeso, y se empieza a destinar a la escritura en Pérgamo, hacia el año 300 a. C. Desde el siglo V, se convierte en el soporte casi exclusivo de los libros europeos, hasta superar el primer milenio de nuestra era. La piel animal tenía el inconveniente de resultar cara pero ofrecía tres grandes ventajas sobre el papiro: mayor facilidad de conseguirla, mayor duración (pues el papiro se deteriora y se desintegra al cabo de dos o tres siglos) y posibilidad de raspar para volver a escribir. Estas pieles reutilizadas para la escritura reciben el nombre de palimpsestos.