Categoría:Artes; Calificadores de FINES EDUCATIVOS; Economía, finanzas, empresa y gestión; Sociedad y ciencias sociales; Artes escénicas; Para currículos educativos nacionales o regionales concretos; Industria y estudios industriales; Sociología y antropología
Temática:Películas, cine, Televisión, Radio/pódcast, Sociología, Noticias y periodismo, Nivel universitario/Superior
Desde siempre se ha considerado al periodista como el representante genuino del cuarto poder, muchas veces enfrentado y afrentado por los otros tres, sobre cuya naturaleza aún hoy se debate; para unos, los clásicos, el poder legislativo, judicial y ejecutivo (siguiendo la clásica trias politica latina, actualizada por Rousseau y Montesquieu principalmente); para otros el poder económico, político y militar, que a tan buen juego se han prestado para mayor gloria de los guionistas de ficción y, quizás, no de tanta; e incluso ha habido quien ha desmitificado el poder de éstos considerándolos ?tigres de papel?: Mao Tse-Tung dixit.
Esta función reguladora, vigilante de los otros tres que rigen nuestras vidas cotidiana y sutilmente, se ha visto reflejada en el cine las más de las veces desprotegida de ese halo de sacrosanta misión terrena, como si el periodista fuera el único vicario (laico) de la Verdad, para ofrecernos personajes cinematográficos muy humanos, a veces rozando los límites que separan el bien y el mal en una escala de grises muy difusa.
Así, el periodista travestido como vexillum de nuestras defensas ante la agresión del poderoso, pues la suya se trata de una profesión fundamental para el ejercicio de la democracia y que responde a los derechos (constitucionales) del ciudadano a estar informado de la realidad que lo circunda, se ha encarnado, en muchas de las películas señeras dentro de este indiscutible género, en reportero que no superaría una analítica, mínima en nivel de exigencia moral, sobre su comportamiento personal, pero sí en perfecto fiel de la ciega balanza de la justicia.
Cuando la cámara gira 180 grados, en un metafórico homenaje a ?El regador regado? (Hermanos Lumière, 1895), con el que el cine aprendía a narrar, el gran angular nos muestra unos paisajes físicos y humanos que nos sorprenden por lo que de rompe-mitos contienen, eso sí, a cambio de mostrarnos una carne tan real como la del propio espectador.
PRESENTACIÓN Beatriz Peña Acuña
PRÓLOGO Jesús Solera
I. La luz del periodista en ?La Sombra del Poder? Javier Sierra Sánchez
II. Periodismo comprometido: reportero y barrendero Clara Janneth Santos
III. La puesta en escena del relato periodístico: ?El gran carnaval? Mario Rajas
IV. ?El Gran Reportaje?, ?Luna Nueva? y ?Primera Plana?Paula Requeijo Rey y Graciela Padilla Castillo
V. Clark Kent, del Daily Planet. Estereotipos de periodistas en la saga de ?Superman? Teresa Piñeiro-Otero y Carmen Costa Sánchez
VI. 11-S: Un ejemplo de la universilación mediática de las pasiones colectivas María Elena del Valle
VII. ?El año que vivimos peligrosamente? Elvira Calvo Gutiérrez
VIII. Transformación desde una práctica de liberación Javier Rodríguez Torrez y Álvaro Martin Espinosa
IX. Trilogía ?Millenium?: Aproximación cinematográfica a los valores de igualdad y no violencia de género Estela Bernad Monferrer
X. Impresionismo y Periodismo: ?Miedo y Asco en las Vegas? Carlos Sanz González
XI. ?Zodiac?: La obsesión que mueve al periodista José Rodríguez Terceño
XII. La periodista buena y la periodista mala, apuntes sobre ?El Diablo Viste de Prada?Magdalena Mut Camacho
XIII. ?El Reportero?: El periodista, el periodismo, el Ser César Fernández Fernández