No se vende por separado (Tomo I y II juntos)
PRESENTACIÓN Desde su origen las Matemáticas se han encontrado estrechamente unidas a las demás ciencias. La Astronomía, Física, Filosofía, Lógica, y también en muchas ocasiones, la Música y la Medicina, evolucionaron junto con ellas. Los hombres de ciencia habían de dominarlas todas, de forma que la separación entre unas y otras era a veces imperceptible. Sin embargo, con el paso del tiempo se fue sufriendo una especialización que acentuó sus diferencias y las dotó de identidad propia. Si nos preguntamos cuál es la principal cualidad que distingue a las Matemáticas de las demás ciencias y que le da esa seña de identidad, la respuesta está en la propia esencia de las Matemáticas. Al margen del rigor en sus fundamentos y en su método, apoyado en la Lógica, las Matemáticas poseen una característica singular. Es la posibilidad de crear sin tener que ceñirse a una realidad que las limite. De una forma u otra, el resto de ciencias se encuentran encorsetadas por unos fines enfocados en la vida real. Pero curiosamente todas las ciencias dependen de las matemáticas. Sus teorías son tan abstractas y generales que tarde o temprano se les descubren sorprendentes aplicaciones a fenómenos de la realidad. Un ejemplo de ello son las nuevas geometrías no euclídeas descubiertas a principios del siglo XIX que, a pesar de su extraña apariencia, dan explicación a algunos aspectos del funcionamiento del universo, y a la vez constituyen también una herramienta fundamental en los estudios sobre óptica y la visión humana. Apoyadas por el lenguaje universal de las matemáticas, la física, ingeniería, genética, economía, meteorología, medicina, etc., vinculan sus avances a la matemática o a algunas de sus vertientes como la Computación, Simulación Numérica, los Fractales, etc. La influencia de las matemáticas se hace patente también en ámbitos más sorprendentes como la música y el arte. Ya a partir del siglo VI a.C., los pitagóricos, asombrados por la estrecha relación entre todas estas disciplinas, mantenían su máxima "Todo es número"; y en gran parte tenían razón. Incluso uno de sus más famosos seguidores, el filósofo Platón, afirmaba en su escuela de Atenas: "Los números gobiernan el mundo".