El libro se basa en los expedientes de corrupción municipal que, una vez denunciados, se veían en la sala primera de gobierno del Consejo de Castilla. Se incluyen las actuaciones de ese Consejo, las sentencias a que daban lugar tales casos y las reacciones de los caciques sentenciados. Ello permite ofrecer un amplio y triste panorama de la vida de los municipios castellanos del siglo XVIII, y posibilita asimismo penetrar en las actuaciones del Consejo. La muestra es amplia, desde luego: incluye todos los casos de corrupción estudiados en el Consejo entre 1714 y 1760. Pero esa corrupción estaba mucho más extendida, puesto que no resultaba fácil denunciarla cuando se carecía de educación y de medios para hacerlo, además de las nefastas consecuencias que ello podía acarrear en la vida de los vecinos. A partir de 1760 resulta más difícil encontrar material adecuado, pero lo hallado hasta ahora muestra un panorama escasamente halagüeño. Revela, además, lo mismo que en las etapas anteriores: que aquel sistema político deseaba asimilar a los grupos sociales intermedios que, de forma general, protagonizaban aquella corrupción.