El autor se ha propuesto escribir un manojo de cartas a una mujer casada, de la que todos o casi todos aseguran que está bien casada. Precisamente estas circunstancias constituyen el eje y la justificación del libro. En forma de cartas se le dicen cosas a una mujer que decidió elegir el matrimonio como forma y norma de vida y que ha oído sigue oyendo que tuvo mucha suerte en tal elección, hasta ser envidiada por muchos y muchas. Aunque desgraciadamente, las apariencias engañan una vez más.Pero estas páginas no están destinadas exclusivamente a esta mujer bien casada. También van dirigidas al marido y esposo, con su formación, intereses, convicciones, presiones y comportamientos para que haga una reflexión seria y serena de todo su actuar. Del mismo modo son también destinatarios los hijos, al igual que la familia y la sociedad. Y también los novios, a quienes se les suele hablar por carta. Y es que el drama de la mujer bien casada no se le puede ni se le debe ocultar ya a nadie que tenga responsabilidad familiar o social.