"Se asomó a una ventana y, aterrorizado, contempló cómo un transporte de tropas blindado se acercaba por la calle y se paraba delante del Sindicato. Al abrirse las puertas, bajó un pelotón de hombres armados, mirando a lo alto. La sangre del gordo, se heló en sus venas. Hubiera jurado que lo miraban a él a la cara.
Una ráfaga de fusil automático restalló a su lado, ensordeciéndolo. Un compañero, un camarada, un insensato, había hecho fuego sobre los soldados.
Sin que se hubiera silenciado aún el eco de esos disparos, respondieron desde abajo. La habitación se llenó otra vez de ruido, y también ahora, de vidrios hechos añicos, astillas de madera y pedazos de estuco proyectados y de la certeza de que había llegado, para todos, su última hora."
"- Tenemos que salir de aquí - gritó Lucho y retrocedió hacia una terraza, seguido por el puñado de fieles.
En ese momento un estruendo aterrador, seguido de dos explosiones cercanas, remeció el edificio. ¡Los caza-bombarderos, los reactores de guerra estaban bombardeando el Palacio Presidencial!"
Ingun, una joven sueca de padre chileno, conoce en Madrid a Hernán, recién llegado desde su Santiago natal. Los jóvenes se enamoran y hacen planes para el futuro.
Sin embargo acontecimientos ocurridos en el otro lado del mundo, un cuarto de siglo antes, pueden condicionar ese amor.