Ya hace muchos años, en que acababa de rodar mi película de largometraje "Oscar, Kina y el Laser", alquilé un amplio local para mi productora de cine publicitario recibiendo como consecuencia un nuevo número de teléfono. Al poco, me encontré grabado en el contestador un curioso mensaje para el Doctor Jiménez del Oso. En el mensaje, una voz femenina, apremiaba sobre unos determinados libros. Esa voz, decía que los precisaba recoger o invitaba a recogerlos y, dejaba dictado un número de teléfono de alguien con un apellido, imposible para mí, llamada Nuria Kre...au.. .r. La cuestión era que si no llegaba el tal mensaje, alguien saldría perjudicado o no se enteraría sobre algo necesario. Por otra parte debo confesar que naturalmente me sorprendió el que se citara al prestigioso Jiménez del eso. Según creía, este personaje vivía en Madrid. Averigüé poco después que Nuria K. en vez de marcar el prefijo -91- marcó directamente, sin el, y así fue como en mi contestador en Barcelona quedó grabado el apremiante mensaje. No dudé y llamé de inmediato a Nuria "K". Debía enterarle de su errado comunicado. Así lo hice y así entablé una curiosa, agradable y, larga conversación en la que al final de ella fui invitado a que se me aria una carta astral en su despacho. Acudí a la invitación y allí conocí personalmente a Nuria "K" y, puedo añadir, "a sus muchachas". La clase de astro logia que daba era asistida exclusivamente por chicas aunque ella no las limitara a sólo féminas. Salí de allí, después de un largo rato, con mi carta astral bajo el brazo pero sobretodo con el inicio de una inmensa amistad para toda la vida, en el corazón. Había conocido a alguien "diferente", es más, a "alguienes" diferentes. Si Nuria en su trato y personalidad no está enmarcada para nada "en lo habitual", tampoco era en absoluto nada habitual Amo, su esposo, el poseedor de ese nada fácil apellido "K". Pero es que a su vez tampoco son nada habituales ninguna de sus dos hijas. Nuria me brindó una entrañable amistad, así como toda su familia. Tuve en Amo a un gran amigo que me fue muy doloroso perder no hace mucho. Al poquísimo tiempo, de esa amistad, fui acogido como un miembro más en la familia "K". Y en ello estoy y estaré mientras viva. He compartido con los "K" todo tipo de situaciones. Inmejorablemente agradables las más, y también difíciles otras, como un miembro más de la familia.