Jornada I Sala en casa de DON VASCO. Escena I
DON VASCO, DOÑA LEONOR, DOÑA VIOLANTE.
DON VASCO DE NOROÑALeonor, Violante, hijas mías.
Prendas del alma, en quien veo
dos flores que ha producido
desta blanca escarcha el cielo,
de mi vejez el alivio
aseguro en las dos siendo
puntales deste edificio,
a quien desmorona el tiempo.
Mucho debéis a mi amor ,
que alegre a traeros vengo
nuevas de un gusto, a que entrambas
debéis agradecimientos,
tú, Leonor, que has elegido
para vivir un convento,
inclinación que heredaste
de los favores del cielo;
tú, que de aquesta ciudad
de Coimbra eres ejemplo
de virtud y de hermosura
(¡lo que en decirlo me alegro!),
muy presto verás logrado
ese gusto a tu deseo,
pues dentro de pocos días
desde Coimbra saldremos
a meterte religiosa
a Valdefuentes, un pueblo
seis leguas de aquí distante
abundante, rico, ameno,
cabeza del mayorazgo
que heredé de mis abuelos.
Allí estarás asistida
de cuanto puede el deseo
proponerte a la memoria;
pues mis vasallos, sabiendo
que eres tú la que gustosa
vas a ilustrar su convento
no habrá fineza ninguna
que deje de obrar su celo
con tu hermosura, y más yo,
que allí retirado espero
pagar de mi edad cansada
el común tributo al tiempo.
DOÑA LEONOR Deja, Señor, que a tus plantas
agradezca en rendimientos
la fortuna de que gozo,
pues se cumple mi deseo.
DON VASCO Hija, a mis brazos levanta,
que me enterneces el pecho;
el mejor estado eliges.
DOÑA LEONOR Dilate tu vida el cielo.