Un pequeño grupo de jóvenes animosos acude los fines de semana a la residencia de uno de ellos, ubicada en plena naturaleza. Allí se reúnen para cultivar la amistad y progresar humanamente, alternando confidencias y divertimentos inocentes con deliciosas excursiones a la montaña. Poco a poco sus corazones quedarán orientados a la esperanza y sus vidas tomarán el rumbo gratificante de la felicidad. Tampoco podía faltar el amor, que llega entre la sencillez y la sorpresa, fortaleciendo sus vínculos de unión. Todas estas experiencias les permitirán madurar, pese a algunos pasajes no tan gratificantes, que pondrán a prueba su estabilidad emocional y hasta la continuidad de sus inocentes hábitos y convivencia en grupo.
Nadie piense, sin embargo, que este relato pueda inducir al pesimismo, al desaliento o a la tristeza. Cualquier contratiempo, cualquier episodio negativo es asumido con solvencia por los protagonistas, apoyados en unas sinergias de afecto mutuo que acaban fortaleciendo la solidaria complicidad que los une.
La novela discurre salpicada de anécdotas y sencillas revelaciones, que amenizan la lectura, transportando al lector a unas situaciones que, por su carácter casi insólito, le sorprenderán gratamente.
Nada ha pretendido el autor que vaya más allá del divertimento. No hay intención de dar lecciones, ni se ha pretendido aislar a los personajes del mundo que los rodea. Antes, al contrario, sólo se ha tratado de situar a unos jóvenes en la mejor disposición para relacionarse con sus semejantes, desde la comprensión más razonada, la mirada amable y el trato más considerado y respetuoso. En algún momento de la novela se cita a la educación como factor clave de la convivencia. En realidad, la cosa no va mucho más allá, pues hasta las situaciones amorosas entre algunos de los protagonistas son procesadas entre el equilibrio racional y una suerte de pasión controlada por sus peculiares formas de adaptarse al mundo que los rodea.
José Luis Carreras Barbero nació en Valladolid y reside en la ciudad cervantina de Alcalá de Henares. Su vida laboral se desarrolló en una multinacional, donde colaboró en funciones administrativas y comerciales. Con el paso de los años acumuló experiencias y apuntes, de los que se sirvió para escribir cinco novelas, cuatro de ellas publicadas hasta la fecha: Delicias de otoño, Los otros combatientes, Lirios de vertedero y esta que les ofrecemos, La higiene del corazón.