Tras una interesante exposición de los acontecimientos políticos, bélicos, económicos, culturales, sociales y artísticos de aquellos años, a partir de pequeños detalles de la vida común, se puede entrever la realidad de la vida por un niño de clase media en la España de entonces, y el cambio descomunal que se produce en la forma de vida desde mediados de los años cincuenta, en que se inicia el desarrollo de un rápido crecimiento económico sin precedentes en nuestro país.
Aquellos años no fueron en blanco y negro, como se empeñan en decirnos ahora, sino de nuevos y brillantes colores, de novedades, de esperanzas por conseguir una vida mejor y más próspera, y de ganas de defender a nuestro país y nuestra originalidad ante una Europa mediocre. Originalidad que veían y alababan los estudiantes extranjeros que llegaban cada vez en mayor número y de los turistas ansiosos de vivir nuestra diferencia y no solo nuestra playa y sol. España siempre ha sido europea y, en aquellos años, aunque distinta, más europea que el resto.