Cuanto se censura en esta obra va apoyado en la autoridad de los mejores maestros y en la práctica de los buenos poetas de nuestra nación y de las extrañas. Si recayese nuestra crítica sobre alguno de los poetas clásicos, nadie crea que aspiramos a oscurecerlos; antes bien, desearíamos que se hiciese el justo aprecio de sus obras para que, no admirándolas ciegamente, conozca la estudiosa juventud los errores que hay en ellas y sepa distinguirlos de tantos aciertos que adquirieron a sus autores la estimación pública. Para los menos instruidos sería necesario llenar las márgenes de citas que ocuparían tanto como toda la obra; por evitar esto se notarán solamente los autores de algunos versos que, por defectuosos en el pensamiento o locución, se han copiado a la letra.