Vidas Recobradas es una historia de amor, perdón y venganza. A lo largo de las páginas de esta obra (se describe una época comprendida entre los años 1991 y 1994) el lector, desde la butaca de primera línea, se transformará en observador privilegiado de la lenta agonía del sistema soviético que, a causa de una notoria incompetencia de los despóticos mandatarios del Kremlin, acabará desintegrándose finalmente. Ante un riesgo mayor: el "socialismo real" a punto de ser enterrado, un vacío legal a la hora de crear la Comunidad de Estados Independientes (compuesta por diez de las quince ex repúblicas soviéticas que serán : Armenia, Azerbaidzán, Bielorussia, Kazakistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tadzikistán, Uzbekistán, miembro asociado Turkmenistán y miembro observador Mongolia), el país al borde de una guerra civil, el caos, el desgobierno y la desesperación generalizada de la población, los seguidores de Borís Yeltsin deciden actuar. Imitando a Occidente crean su propio modelo de capitalismo. Un capitalismo ruso: brutal y salvaje. Se aprueban leyes que liberalizan la convivencia y, que de hecho, normalizan las prácticas de estafa, robo, corrupción a gran escala, saqueo y secuestro. Se desmantelan las estructuras económicas del país, se ponen a la venta centenares de empresas y fábricas, orgullo en el pasado de la Unión Soviética, que pasan a ser propiedad de poderosas mafias estatales, especuladores profesionales y del crímen organizado. En este clima, de una despiadada competencia, aparece en el escenario una extrema violencia. Quedan aparcadas las normas básicas de convivencia y respeto. Sustituido el socialismo abusivo por un capitalismo descontrolado y voraz, las calles del país se llenan de millones de rusos condenados, de la noche a la mañana, al desempleo y a la marginación.
En el escenario descrito transcurrirán las vidas de los protagonistas de Vidas Recobradas.