El Huerto de San Vicente es un espejo atemporal ante el que se sitúa Concha Pelayo saboreando el ritmo de los versos lorquianos y llevando su bagaje de mujer para pulsar con la emoción fresca de la escritura un profundo encuentro poético. Como si fuera Lorca ella misma, de una manera especular va enmendando y añadiendo palabras que se perciben semejantes, resonando en las lorquianas con ese efecto reflejo, que le permiten compartir al granadino en su baile poético. Rotunda o tierna, Concha busca solamente conquistar la fragancia del aire que tiene el verso para dialogar en realidad con los poemas del Romancero gitano de Lorca. Aunque además de con el poeta granadino, ya lo verá el lector, Concha dialoga con todo aquel que siente la poesía en la voz vibrante y sensible del poeta, casi notando la presencia del labio cercano... del poeta.
Concha Pelayo nace en Muelas del Pan (Zamora), lugar donde se fraguó su vocación literaria debida a las historias que le contaba su madre, una gran narradora; y a la constante contemplación del paisaje de su tierra, agua y granito, que siempre la subyugó. Desde que aprendió a leer y a escribir y leyó con cinco años, Mujercitas, de Louisa May Alcott, se identificó inmediatamente con una de las cuatro protagonistas, Jo, que quería ser escritora. A partir de aquel momento, ella sintió la misma necesidad. Desde entonces no ha dejado de escribir, abarcando todos los géneros literarios. Su obra se encuentra distribuida en numerosos libros, revistas, catálogos, prensa escrita, blogs y en internet.